—Te amo sin mentiras, sin excusas, si alguna vez creíste en mi, no dudes en estas palabras que tristemente te puedo decir. Nadie mas que yo sabe todos los problemas que pasan por mi mente a la hora de pensar en vos, no merezco estar con una persona así. Mi inestabilidad confunde mis sentimientos y por momentos siento que estoy haciendo daño.

No, por favor, no hables, déjame estos minutos, necesito que me escuches, aunque veas estas lagrimas que recorren mis pómulos, no digas nada, solo vine a despedirme.

—Es que ya tenemos todo, estamos juntos, después de tantas peleas, después de tanto silencio, acaso no era esto lo que queríamos, mírame, estoy acá, junto a vos. —Dice ella, apretando mis manos.

—Lo sé, como también sé que te amo, y necesito verte feliz, princesa, yo no sirvo para vos, no te dejes llevar por el entusiasmo de estar juntos, sé realista, si yo me atreví a besarte, fue por que no pude contenerme, pero ya pensé varias veces que jamás podríamos estar juntos, mas allá de amarte. —respondí soltando sus manos, mirando sus pequeños y hermosos ojos café.

—Ya no entiendo nada, amor, lo nuestro es único, son sentimientos reales, esto no es una novela.

—Y por eso mismo, vida. Por eso, hacé el esfuerzo de estar conmigo, sin vos, no sé que puedo hacer, no imagino mi vida sin vos, te necesito. —dice y comienza a llorar.

—Por momentos siento el mismo dolor de antes a estar juntos, ese indiferente corazón que late en el mas mínimo silencio, y la muerte por venir manifestándose en un sudor que recorre mi cuerpo, en todas las noches en que no puedo dormir de pensar, de buscar soluciones, pero te amo tanto que no encuentro el sentido de estar juntos, tal vez no me entiendas, sé que no podrás hacerlo, pero son tantas las cosas que me separan de vos, y este mismo amor que siento es el que mas me perturba.

—Pero no puede ser, no tiene que ser así, necesito saber ¿Por qué? —pregunta, confundida, golpeada en llantos que no hacen mas que hacerme sentir miserable, inexistente, ahogarme en mi propia sombra.

—Yo a veces me pregunto el por qué, del por qué y jamás encuentro razones, pero vida, ¿Qué puede ofrecerte una persona como yo? ¿Quién saldrá herido, quien morirá por culpa de este amor suicida?. No hay derecho amada mía, no soy mas que un montón de nada, ya no puedo ocultar mi tristeza, creo en tu luz, pero esa no es la que ilumina mi camino, yo soñé ser esa luz, que alguna vez pensaste que te ilumino, tal vez lo hizo, pero simplemente fueron efímeros destellos.

No alcanza un corazón para amar, comprobé que tampoco sos una prueba mas que me pone el maldito dios para fortalecer mis futuros días. Todavía no se como voy a superar esto, no puedo explicarte como estoy. Un problema mas, se suma a la colección y ya son varios los que todavía no tienen solución.

Si lograras comprenderme, quiero todo lo mejor para vos y es por eso que necesito irme, no pienses que te estoy dejando, no sientas que no eres importante, todo lo contrario, me voy para que seas feliz.

—No, si vos te vas, yo me voy con vos —solloza, entre caricias a mi cara.

—Es que no es así, si me voy, es para que no vengas conmigo, así lo estés por siempre. No puedo ofrecerte nada, no valgo una lagrima, lo siento así, no sé que voy hacer con mi vida, solo sé que te falle.

En las noches mas frías, me veo tirado como un perro y solo tu ausencia logra remover mis recuerdos, para poder soportar el frío.

—Mi amor, ¿Cómo podes ser tan cruel?

—Ya no sirve que siga midiendo mis palabras, es la verdad, yo nada puedo dar, aunque vos creas que te doy todo. En otros tiempos quizás pueda retornar, pero será tarde, como siempre pasa en esta vida, siempre es tarde. Temprano solamente es para las penas, y los daños próximos a venir.

—Dame una razón para esperarte —suplica mi amada.

—No la hay, de razones el mundo esta lleno, pero mi ser no perdona crímenes, ni asesinatos en vida.

—¿Qué es lo que vas hacer, a donde vas a ir? —pregunta ella, sintiendo como el abismo la asfixia y presiona su pecho, cada vez más.

—Viviré ocultándome de vos, estaré en todos lados, como el viento que golpea tu cara en cada mañana. Seré el aroma que destilan los árboles en primaveras por pasar. Tal vez me veas en algún lado, pero cuando vuelvas a mirar, ya no seré yo, aquel que ilusione tu dulce esperanza de encontrarme. Te amo, y me duele en el alma, tener que irme por no poder entender y valorar tu hermoso ser.

—¿Cuáles son los problemas que te alejan de mi? —vuelve a insistir buscando una explicación, algo que alivie su penar.

—No voy a poder proyectar un futuro con vos y eso podría matarme, si es que pueda sobrevivir a esto. Amor, ahora mírame vos, ¿Qué podría ofrecerte mas que un puñado de sueños? ¿Qué mas podría darte? ¿Cuánto tiempo podrías vivir así?. La caída seria infernal, después de todo vida, al cielo no se llega nunca de a dos.

Denso final el que nos toca, triste partida de pequeños sueños que lucharon por ser grandes, que la distancia no opaque tu vida, y que nadie se atreva arrebatarte la esperanza de un príncipe azul, el futuro, me dará la razón, ya pasare a ser un bello recuerdo.

Y solo quiero que sepas que busque algo imposible, algo inalcanzable, por que de eso se trata la vida, de buscar cosas que jamás ocurrirán, de esa forma, algún día, todo dejara de ser inverosímil.

—¿Qué es eso que tanto buscas?

—La forma de encontrar tu felicidad, en una realidad que no destruya a la tuya.