Lucia no paraba de temblar, y su reloj marcaba las horas como días por llegar. Lucia no dejaba de mirar su reloj, acomodar su pelo, mirarse, mirar el reloj, mirar para adelante, caminar, volver, sentarse, pararse, Lucia estaba nerviosa.
Tan solo una niña de 14 años, que preocupaciones podría llegar a tener, mas que aprobar algún examen, o tal vez organizar su cumpleaños de quince, que sus padres la dejen salir un viernes o un sábado.
La madre desde la habitación sentía sus pasos y su inquietud, hábilmente se acerco a ella, fingiendo, ir hacia la cocina, caminando por el pasillo, se escucho decirle;

—¿Qué te pasa Lu?

—Nada, déjame en paz —cortante y directa, respondía ella.

Jamás le había hablado así a su madre, la madre se dio cuenta que su hija estaba preocupada, nerviosa, agitada.

Carmen la mamá, reiteradamente le hacia la misma pregunta, hasta que en la ultima, Lucia no pudo mas y se entrego.

—¿Qué te pasa hijita? Dale contale a mama, capaz te puede ayudar —Dijo Carmen, la mamá.

Lucia simplemente, la miro, esta vez presto atención a la pregunta de su madre y le dijo:

—¿Vos queres saber que me pasa de verdad ? ¿Estas segura ? ¿Te sentís preparada para lo que voy a decirte?

Carmen se quedo tiesa, mirándola y solo le salio una respuesta:

—Sí —respondió Carmen, por inercia, no porque realmente quería saber que es lo que le pasaba a su hija.

Lucia le dijo sin gesticular, con la voz tomada y apunto de llorar;

—Ma, estoy embarazada, pero no le cuentes a papa.

Carmen corrió hasta su hija, la abrazo fuerte y solo atino a decirle; “Mama, esta con vos, no estas sola” inmediatamente se escucha un llanto, Lucia lloraba con el corazón y con el alma, ya empezaría a jugar con bebotes de verdad, hacer la comidita de verdad, a lavar ropa de verdad, en segundos comenzaría a ser todo de verdad.
Lucia dejaba a su niña de lado, para pasar a ser una mujer. Ella todavía no es conciente que va a ser mamá, que en su pequeña pancita, se encuentra algo tan inmenso como lo es traer un hijo al mundo.
De a poco comprende que su vida esta cambiando, Lucia va a crecer de golpe. Ella esta contenta de estar embarazada, ella tiene asumido que el novio de diecisiete años la dejo cuando le dijo que estaba embarazada, Carmen todavía no sabe eso, Carmen solo se centra en su papel de abuela.

Marcos el novio, no tiene los huevos para bancarse la realidad, él es tan solo tres años mas grande que ella, él le prometió amor eterno, él le juro que jamás la dejaría, él le pinto el cielo y la tierra. Lucia aposto todo y perdió, Lucia comienza su vida de madre soltera, de niña soltera, ella esta dispuesta a tener ese hijo, sabe que en ese hijo el amor eterno va a estar. Ella tan solo buscaba eso, eso que Marcos dijo, pero que jamás cumplió.