Por primera vez, recibí algo de un presidente de turno. En este caso de una presidenta.
Es algo que nunca me había pasado. Abrí la ventanita de la puerta y había dos flacos.
Ambos vestidos con camisa azul, lo primero que les dije fue:
—No pienso comprar ninguna Biblia, ni firmar ninguna carta. Por qué no tengo ganas y me pierdo el final de la película que estoy mirando. Muchas gracias.
Y cerré la ventanita.
Me encanta, me apasiona atender a la gente así. Me gustaría más si hubiera una camarita para filmar las caras y las puteadas que deben decirme.
Mire por la puerta, y a través de los vidrios las figuras siguieron de largo.
Diez minutos después, suena el timbre, las figuras son las mismas.
Peleo con mi vieja para que me deje atenderlos a mí, y me dice:
—Cristian, ya te escuché recién. Esas personas están trabajando. Haceme el favor y atendelas bien.
—Sí mamá, yo cuando trabajaba me trataban peor. Vas a ver que en ningún momento les falto el respeto.
-Bueno, andá.
Abro la ventanita.
—¿Sí, qué desean caballeros? —les dije.
—Hola, ante todo, el saludo. —me dijo uno de chivita. Con una caja en sus brazos.
—Hola, ¿Qué desean que no escuche? —respondí.
—Venimos por sus lamparas. —me dijo el petizo tomando temperatura.
—Ahh, ¡Ustedes son los de la televisión! —les dije fingiendo estar sorprendido. —¿Van a filmarme mientras me las dan?
—Ehhh... no, solo queremos sus lámparas. —me dijo el de chivita.
—¿Sin foto, sin nada?
—Flaco, hace dos semanas que estamos repartiendo lámparas. Encima con “la calor” que hace, me estoy deshidratando.
Creo que el petizo es más inteligente que su compañero, ya mendigo un vaso de agua. Y como eso no alcanzo utilizo una frase horrenda, que me dio escalofríos; “la calor”.
—¿Y como se que esas lámparas andan?. Además señores, sus identificaciones por favor. —dije mientras extendía la mano a través de la reja.
El petizo saco la billetera y me mostró el DNI, el otro se avivo y me mostró la identificación del municipio.
—Ya las probamos nosotros —acoto en tono altanero, el petizo gruñón.
—¿Todas probaron? ¿Absolutamente todas las lámparas? —re pregunté con tono irónico.
—Sí, absolutamente todas. Es más me atrevería a decir que vos nos estas tomando el pelo. —exclamó el petizo, con los ojos inyectados en sangre.
—Es la segunda vez que me tuteas. —respondí cortante.
—Discúlpeme —dijo el petizo, ya estaba a punto caramelo.
Percibí que el volumen de la televisión de la pieza de mi vieja, había bajado. Eso quería decir dos cosas; la primera que venga y me cague a boleos en el culo o la segunda, lo que de chico me aterrorizaba.
—¡¡Cristian Ezequiel!! —Grito desde la pieza. Así me grita cuando realmente esta enojada.
—¿Oyeron eso señores?. —y en voz baja les dije— Es mi madre, esta postrada en una cama hace cinco años. Ya no sabe lo que es una nube. El sol para ella es una lámpara de 70W.
Los dos me miraron y se quedaron atónitos. No le salio una palabra, yo volví a mi objetivo.
—¿Les puedo dar dos lámparas quemadas? —les dije.
—No, tienen que ser lámparas que estén en uso. Las quemadas no sirven. —Respondió el amable joven de chivita.
—¡Dale, yo pago los impuestos! Encima a ustedes se las regalan, y es obvio que todo esto muere acá. Te doy dos quemadas, un vaso de agua y dos que andan, a cambio, ustedes me dan cuatro de bajo consumo.
—No, solo dos podemos dar. —Me dijo el petizo. Podía presentir que al petizo le encantaba decirme que no..
—¿Con hielo?. ¡Bien fresquita para combatir “la calor”! —Automáticamente le guiñe el ojo al petizo, al mismo tiempo pisaba bien fuerte el piso para no reírme.
—Es nuestro trabajo, no podemos, sino encantados. — Dijo el Hobbit, disfrutando su victoria
No puede ser que no sean corruptos. Esto no es real.
—Bueno, ¿Dos por persona o por casa? —pregunte.
—Dos por casa. —respondió el petizo con bufada incluida.
—Ok, en el caso que yo no las quiera, ¿Qué sucede? —pregunté.
—Tenes que firmar acá, diciendo por qué no las queres. —dijo el de chivita y señalo un portapapeles.
—¿Las cambian ustedes o tengo que hacerlo yo?
—Vos. Solo tenes que traernos dos “bombitas” —dijo el petizo como si yo fuese sordo, gesticulando cada palabra, se podía observar su vena hinchada en el cuello.
—Ok... ¿lo puedo pensar un segundo?
Cerré la ventanita.
Y Al instante la abrí de nuevo y les dije;
—Dos vasos de agua (con hielo), una quemada y dos que andan, sino no hay trato.
—No podemos, solo dos.
—¿Quemadas?
—¡No, que anden! —grito el chichón de piso.
—Ya vuelvo señores.
Vine hasta la pieza, puse pausa a la película, saque la lámpara.
Fui al comedor, saque otra lámpara.
Volví a la puerta con dos vasos de agua, pensando en una reconciliación ficticia.
Abrí y en el piso había dos lámparas bajo consumo en una caja verde. (Todo made in china, obvio).
Los hombres ya no estaban más.
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Holys!! por esas cosas de la web me "tope" con este blogs...muy interesantE lo de "la calor" muy comico ;-) !!!
Porque las madres generalmente cuando hacemos un moco nos llaman por nuestros dos nombres?
yo detesto que lo aga...
besitos!!
Me ha hecho reir esta mañana al leer esta historia, imaginandolo pelear con el señor de poca altura, su pensamiento al escuchar "la calor", su cara al oir "Cristian Ezequiel!!".
Como siempre en cada una de las historias fue como estar viendo esta situacion desde la vereda de en frente de aquella casa con rejas.
Valoro que haya hecho de esta realidad de las lamparas bajo consumo este lindo escrito!. Y por supuesto que las utilize.
Sabe que lo admiro y que es un gran artista con un don que no muchos tienen!
Adelante caballero que nunca nadie lo detenga!
Besos, muchos Besos
Yo también hago eso y mi mamá también me grita. Y lo mejor y mi especialidad, son las operadoras de teléfono.
Jajajaja
El segundo nombre de mi hermano también es Ezequiel :)
—Es la segunda vez que me tuteas. —respondí cortante.
aaaaaajajaja me mori con esa frase!
Me imagino tu cara de persona adulta y seria jajajaaa!!
En fin, si fuera yo tiraba la puerta y te mataba al minuto, tuvieron paciencia esos tipos...
Me hiciste morir de risa en la oficina, muchas gracias!
Beso,
Nu
Chavon:
Sos un fenomeno, me haces reir mucho y tu interior brilla de tal forma que mediante un texto lo reflejas.
Me encanta saber que en esta ciudad tan grande y tan chica a la vez se encuentre gente como vos.
Besos