Hola Carmen, ¡qué hermoso nombre de mentira!, no te alarmes, no vengo a seducirte.
Te voy a contar algunas cosas de mí, siempre van a existir cosas peores de las que alguna vez te sucedieron, pero quédate tranquila la mayoría de esas cosas generalmente me pasan a mí.
Las situaciones más ridículas, como también las más aterradoras terminan, sé que no te estoy dando el secreto de la vida eterna, pero es bueno que siempre lo tengas presente.
De todo lo que tengo nada le agradezco a dios, le agradezco al tiempo que me da tregua para poder escribirte esta carta de presentación.
Tenés que saber algo, todos siempre nos caímos de algún sueño, y nos metemos en bailes bochornosos, pero siempre hay que bailar, aunque nos toque la más fea o la más patadura. Solo si es necesario matar fantasmas habrá que matarlos.
El tiempo es lo único que no se compra, entre tantas cosas cursis que podría decirte, como te estarás dando cuenta soy poco original, y con el tiempo podrás comprobar que nunca te voy a mentir, y te advierto: soy un desastre en realidad.
Pero no me avergüenza decirlo, de hecho, gracias a este desastre de persona estoy acá.
Tampoco sufriré por vos, ya me acostumbre a mi soledad, ¿Sabes, tengo una lista de cosas que me gustaría cambiar?. Y es muy difícil saber por cual empezar, ¿Sí estás al pedo, si sos de esas tipas que sufren de insomnio y se aburren del zapping, no me das una manito?.
Te digo algo, nadie nunca intento entenderme, y los pocos que trataron de hacerlo los defraude a corto plazo, por imbécil aficionado o por pelotudo demasiado consiente. Y de pronto, te veo ahí, impresa en un diario, con nombre de mentira, con exigencias de una mujer que sabe lo que quiere, no sé si te escribo por lastima o por ternura, quizás es el olor a tinta que destila el diario, no sé si es mi timidez o la culpa de ser imperfecto, no lo notaras por que no te podes ver, pero tu rostro comienza a realzarse, te esta cambiando el semblante en este instante.
Quizás este texto logre empujarte hacia mí, tal vez logre enredarte en palabras, y me atrevo a decir que algo florece en tu vientre, y el solo hecho de pensarlo me anula.
Se me ocurren tantas cosas por minuto, que ni siquiera puedo improvisar. Es que en realidad, nos queda algo de tiempo, ¿Sabes que me dice mi cerebro cada día que me despierto?, que no sea pelotudo. Y que me deje de joder. Que se esta cansando de mí.
Imagínatelo enojado, tirando pulsos eléctricos, así paso cada noche imaginando una milésima parte de lo que podría vivir. El día, te cuento, lo paso puteandome a mi mismo por todas esas milésimas que pierdo, y también me puteo por las dudas, ya que seguramente perderé algunas más, por que a veces un problema te ata, es más, hace poco llegue a pensar que era feliz, caí como un idiota, ¡Este destino loco! nos hace creer cualquier cosa, pero igualmente, tampoco hay que culpar al destino, en realidad... fui yo el que cago todo, sí, lo sé, se caía de maduro. Me doy cuenta que soy una persona muy predecible, te preguntarás como lo hago, es fácil, me releo.
Con respecto al cerebro, ese no entiende nada de amor, se piensa que a veces todo depende de uno, y esta equivocado, mira la triste función que le toco, intentar ordenar mi vida.
Y el corazón, el corazón se borro, si pongo la mano en mi pecho ni siquiera puedo sentirlo, y también es un jodido, por que por momentos se enoja y lo expresa en taquicardias infinitas.
Mis ojos, ¡Ay las cosas que veo Carmen, si yo te contara!, no sé si pensaras como yo, pero para mí la vista es culpable de todo, ella nos engaña, nos muestra lo que en realidad no podemos ver, así cualquiera vive sufriendo ¿O no?.
La boca regatea palabras, me ayuda a callar, cuando en realidad tendría que hablar.
Mis oídos, solo sirven para avisarme que el dolor de muela esta subiéndome al cerebro. Nunca escucho lo que quiero escuchar.
El hocico cuando no se tapa, lo uso para inhalar perfumes de mujeres que nunca me miraran.
Tengo el cuerpo dividido a la mitad, y la otra mitad no sirve para un carajo, igual no sé cuanto más viviré, tengo más veneno en las venas que sangre.
Y aunque suene tentador estar con una persona así, tenés 10 años para pensarlo.


PD: El mundo ya cambió. Avívate Carmen, avívate.