En este momento alguien esta recibiendo una carta y comienza abrirla rompiendo lo menos posible, maldiciéndose por que sin querer, corto un pedazo de más.
Marta y Eugenio están llorando de emoción, ella se entero que esta embarazada y el va a ser papá.
En 9 de Julio al 1600 también están llorando, se están separando, se están mintiendo, están fingiendo no importarse, mañana cuando amanezca volverán a estar juntos, mientras Julio se levanta para ir a trabajar, el es diariero, cuando Julio este armando el puesto, una camada de 10 periodistas que escribieron el diario están por acostarse a dormir. Al mismo tiempo que yo escribo esto, dos personas se juran amor eterno, agarrándose de las manos, se funden en un abrazo.
Mientras comienzan a sacarse la ropa, en la puerta del edificio un joven de no más de 20 años llega a Bs. As. con su bolso enorme lleno de sueños y esperanzas, viene a la gran ciudad, quiere ser medico. Mientras que los médicos están de paro en el hospital, hacen una excepción y salvan una vida más, que se archiva en un papel sucio, lleno de ratas, las mismas ratas que pasan por delante de los chicos que están buscando en la basura para comer.
Mientras comen en un hermoso restaurante, la high class, habla de París, de Roma y de New York. El mismo New York que se tiño de gris hace unos años atrás.
Prendo la televisión y todavía hay miles de abuelas buscando a sus hijos, mientras que en una villa a no más de 100 kilómetros de mi pieza, se esta matando una generación por el consumo de “Paco” una droga totalmente poderosa y accesible a cualquier sociedad. Son los mismos chicos que planean robos a Maxiquioscos y almacenes de barrios. Los que roban a sus vecinos, esos son los chicos que hoy están metiendo presos, en este mismo momento están siendo golpeados por la policía.
Policía que cierra los ojos después de hacer 10 horas extras para poder llegar a fin de mes, Policía que tiene un arma después de hacer 20 mil horas de corrido, sin poder dormir. Esa misma policía también cierra los ojos cuando le conviene. Una vez que el ultimo joven esta encerrado en el calabozo, en otro calabozo pero más lujoso hay un político enviando sobres con plata para poder tener televisión. El juez que recibe ese sobre saca su parte y lo reenvía al comisario, todos comen del mismo plato, que familia tan unida.
Y un político está largando su candidatura, con nuestros impuestos, no arreglo una calle, no pago a un profesor (profesor que también educa a sus hijos), todo por empapelar el barrio con su rostro. Y ya comienza otro día en la ciudad, y mañana empezara otro día tal vez con frío, tal vez con calor, por ahí 5 minutos más tarde o 10 minutos más temprano, pero en un bar de Brasil no dejan de servir la mejor Caipirinha que eh tomado en años. Mientras que en Londres, la reina juega a ser dios y el Rey a ser bufón.
Yo no dejo de pensar que todas estás cosas no pasan en silencio, y sin embargo nadie las percibe, son momentos; que nadie los ve, que nadie los oye, que nadie interviene más que sus protagonistas, más que su piel.
Momentos en Off.