La siguiente historia es real, si van a comenzar a leerla es fundamental ver el vídeo, de lo contrario no la entenderán.
Siempre fui un as, un rey, un capo de la pirotecnia, en el barrio me decían “Fotito”, ese apodo me lo gane, de chico realizaba las mejores “fotitos”. ¿Qué es una fotito? Se preguntaran ilusos sin infancia de la pirotecnia. Para realizar una “fotito” es necesario dos cosas, primero tener un petardo y segundo, estar piantao, piantao.
Se desarma el cohete y su pólvora se deja toda en una pilita en la vereda, una vez que todo el contenido esta en el piso, se le tira un fósforo son milésimas de segundos que hacen una luz blanca similar a un flash de fotografía y de ahí sale el nombre de “Fotito”.
Amante neto, piromaniaco por vocación, no tenía limites, me apasionaba, reventé sapos, botellas, damajuanas, también explote tarros de pinturas, realice bombas molotov, todo aquello en que mi adrenalina se iba por las nubes y ponía en riesgo mi vida me gustaba.
Pero esto, me supero, nose que fue lo que salio mal, realmente, nunca espere que algo así me suceda, son pequeños errores. Recuerdo que estaba un poco tomado, apenas, de ahí entendí que el alcohol y la pirotecnia no son buenos amigos.
Esas noches en que nada importa, en que tenía que hacerme valorar y decir “Yo soy el rey, yo soy fotito” algo fallo, no salio como realmente esperaba.
Éramos unos seis, más el que filma y dos o tres que estaban atrás. Me filmaban por que nadie me creería si yo contara que tire una cañita silbadora por el orto. Nadie, como creerme semejante cosa. Entonces decidí dejar todo asentado, para que no haya dudas y así, dejar en claro quien es el capo de la pirotecnia.
Sinceramente, todo salio como el orto. Se me fue de las manos. Toda la vida le echare la culpa a “cienfuegos” que es la marca de la cañita, no sé, para mi a esa caña le falto propulsión.
Fueron unos segundos... letales, un sonido acoplo en mi culo, me lo quemo, me lo derritió.
Martín sale en el vídeo es el que me sostiene los pies, somos profesionales, no piensen que soy un boludo y nada más, igualmente a partir de esa noche me gane el titulo “Senior Boludo”.
El dialogo fue el siguiente:
—Martín, agarrame las piernas, fuerte, aunque me esté quemando, aunque se me cocinen los soretes, ¡no me sueltes!
Martín acento con su cabeza y se coloco detrás mió en donde mantuvo mis piernas levantadas, para que la cañita salga limpita como pedo de cagadera.
—Martín, fuerte, recordá no soltarme —le dije eso y entra en escena Sebastián a dar comienzo a la hazaña. Hasta ese momento todo venía como lo había planeado, con el tiempo exacto, todo perfecto.
Cuando Sebastián encendió la cañita, comenzó el calvario. No se como explicarlo, que fue lo que fallo, pero esa noche todo salio mal. Juro que la cañita no estaba enterrada en mi orto, fue solo la puntita, la cruel y despiadada puntita.
La corto acá porque recordarlo me pone muy mal, realmente, prefiero que lo vean ustedes...
En estas fiestas, no usen pirotecnia, después de esto, soy profeta a favor del NO uso de pirotecnia. Y muy felíz año para todos.
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¡Qué horror!