Un sonido rompió el silencio de hospital. Eso fue un grito —Pensó.
—Carmen, ¿Eso fue un grito? —Preguntó Luis para estar más tranquilo.
—Sí, no, no fue un grito —Respondió Carmen con vos tranquila y serena.
—¿Sí o No? —Volvió a preguntar, un poco nervioso.
—¿Sí o no, qué Luis? —Le dijo y se quedo mirándolo.
—Si fue un grito Carmen, ¿Que te pregunte recién? –Dijo con tono cansino.
—Ahh, discúlpame, no, no fue un grito, fue un llanto. Así son los llantos. Los bebes recién nacidos, no gritan, lloran. —Respondió y se acercó a la ventana de acrílico, que tenía la puerta.
—¿Se ve algo? —Pregunto Luis, estaba ansioso.
-Prácticamente no se ve nada —Respondió ella.
Otro llanto se escuchó y otro y otro y cada vez más seguido y de pronto una de las hojas de la puerta se abre bruscamente al mismo tiempo que el doctor empuja la otra puerta y Luis ve pasar a su esposa totalmente dormida, transpirada, empapada, le alcanza acariciar el brazo, se le infla el pecho de emoción, de amor, de algo imposible de describir. La camilla no para y ella se pierde al doblar en un pasillo a lo lejos.
Mientras que el doctor comienza aproximarse hacia él, un fuerte escalofrió le golpea la espalda, lo puede sentir, mira el techo y dice en voz alta —Gracias vieja—, el doctor se para frente a él, lo mira a los ojos, estira su mano y le dice:
—Te felicito Luis, es un varón —Mientras presiona fuerte su mano. Una lágrima rueda por la mejilla de Luis, necesita abrazar al Doctor, necesita abrazarlo. Estira su brazo y toma del brazo a Carmen y la mete en la ronda de abrazos, están más unidos que nunca. La vida es hermosa pensó Luis, soy un afortunado.
—Así que es un nene, que alegría, doctor. Cuénteme, ¿Cómo salio el parto? —Pregunto Luis, al mismo tiempo que secaba sus lágrimas.
—El parto... no salio como realmente esperábamos —Y se detuvo el tiempo y el corazón de Luis. Carmen no resistió y largo el llanto, no pudo contenerlo más.
—Pero, doctor... ¿Cómo... qué quiere decir con que no salio como esperaba? —Preguntó casi sin voz.
—Así es Luis, ¿Qué haría usted si yo le diera a elegir entre su vida y la de su bebe?.
Luego de esa pregunta Luis se sintió morir en vida, sintió como la cabeza le latía, como el pecho le latía, como sus brazos le latían, como sus pies palpitaban, tuvo miedo, tuvo frío, comenzaba a congelarse. Nunca vivió una situación así, nunca sintió algo así, jamás se hubiera imaginado que esto le podría estar pasando a él, bajo su cabeza y mirando al piso expulsó:
—Me salvaría yo Doctor. Me salvaría yo —Emitió esa frase, en voz baja, con vergüenza y todos cerraron los ojos.
Hay cosas que solo una madre puede hacer. Y aunque le cueste la vida, lo va a hacer.
No me va a alcanzar el tiempo para agradecerle las cosas que hizo/hace mi vieja por mí. No me van a alcanzar los días. No existe calendario para el Día de la Madre.
Te quiero mamá.
Archivado en: Cosas privadas , Los hombres también lloran
Buen regalo, Cristian... pero igual comprale una cartera!!
Hermosoooo, la verdad muii bueno.
Y si es verdad no aii dia para el dia de la madre, sin dudas aii q regalarle dia a dia tooodo nuestro amor, q obviamente para ellas es el mejor regalooo!!
Un besiiito Cristiannn!
Agustin: jajaja si si, quedate tranquilo. Saludos Agustin, espero que ande todo bien.
PiCco: Me alegro que te haya gustado y si, la mama es la mama. Besos, suerte y más que suerte.
puck: De nada. Gracias por el comentario. Saludos!