No sé si me gusta más tu lunar, tus tetas o el sonido del saxo. No se si me atrae el pensar que sos una mina común, cuando en realidad se que esas minas no existen. Andas diciendo que te pesan las horas, que las cosas se derriten o se rompen al verlas. Que andas con miedo al miedo de tener miedo. Es una sensación extraña todos la sentimos alguna vez, pero estás tan Rayuela, tan Cortázar, tan Pola, tan lejos, me siento tan Maga por momentos. Que me voy buscando la vida a cada ratito, por eso será que terminamos tan cansados de la vida, que nos arrastra como olas, en el túnel que se forma, que no se toca porque si se toca se rompe y te caes y te rompes todos los huesitos chiquititos de tu cuerpecito diminuto, que te habló así porque sé que te enternece que le meta diminutivo a todo, como piececitos, remerita y bufandita.
Como aquel juego de vivir un día normal sin palabras con A, que difícil que era, decir, “vumos e tomur unos mute, que el dío esti hermoso.” Y nos tentábamos, en la cama nos moríamos de risa, íbamos pegando en la heladera las palabras que nos parecían simpáticas, mucha plata gastada en imanes para heladera, pero esas son cosas que nos llenaban un poco el alma.
Un loquito que te canta, desafina y rompe la guitarra, la parte a la mitad, vos miras mordiendo la boquilla, deseas ser esa guitarra.
Vemos fotos de pibes, y anotamos atrás con referencia del día y la fecha que nos parece en la foto, que es lo que vimos. Vamos así juntando fantasías atrás, es increíble ver que cada vez que vemos la foto vemos otra cosa, después dicen que la gente no cambia.
Yo nunca creí en la importancia del pelo, ni tampoco de los ojos. Sí en la boca, ya que es un objeto de deseo que me hace capaz de perder lo que no tengo, pero si hay algo que aprendí amándote a vos, fue que los lunares no son lunares cuando el piercing está bien hecho.
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VOS ENAMORAS . Así no más te digo.